El galeón español Nuestra Señora de las Maravillas formaba parte de la flota que zarpó del puerto de Cartagena de Indias el 3 de julio de 1655. Transportaba unos 5 millones de pesos y otras mercancías procedentes, en parte, de un naufragio español ocurrido en las cosas de Ecuador.

Poco después de comenzar la travesía, la flota es avisada de que hay enemigos en la zona y los galeones deciden cambiar de rumbo para refugiarse en el puerto de Veracruz. Tras partir desde este puerto llegan a La Habana el día 30 de octubre, de donde salen con destino a España el día 1 de enero del año 1656. Como era habitual, navegan hacia el Canal de Florida para sobrepasar los Cayos y aprovechar la corriente del Golfo en dirección hacia España.

Cuando navegaban en convoy en medio de una tormenta, el galeón fue alcanzado y embestido accidentalmente por otra nave de la flota, ocasionándole varias vías de agua.

El almirante, Matías de Orellana, decidió buscar entonces un punto de aguas poco profundas para recalar, examinar los desperfectos y repararlos inmediatamente, pero la zona en la que se hallaba estaba llena de bancos de arena y peligrosos bajos y arrecifes coralinos que, en la bajamar, no son apreciables como es el caso del denominado Little Bahama Bank, actual parque natural protegido situado el norte de las Bahamas.

El galeón Nuestra Señora de las Maravillas intentó en varias ocasiones buscar abrigo para recalar, hasta que el día 4 de enero en pleno temporal tocó fondo en Matarrilla Reef, en la zona occidental de Little Bahamas Bank, a unos 70 kilómetros de la costa. Parte de la popa del galeón se partió y navegó a la deriva por la zona hasta perderse por completo.

De la tripulación y el pasaje sobrevivieron solo unas 45 personas, de las más de 600 almas que iban embarcadas. Entre ellos, se salvó un marinero llamado Diego Portichuelo de Rivadeneira quien, años más tarde, abandonó la vida en el mar para ingresar en la orden religiosa de los Agustinos, donde escribió un diario sobre sus navegaciones.

Una parte del cargamento de plata y piezas de artillería del galeón fue recuperada el mismo año del naufragio, tal y como se recoge en diversas noticias conservadas en el Archivo General de Indias de Sevilla. Algunas de estas operaciones de buceo dejaron grandes pleitos en la Casa de Contratación de Sevilla, como el del asentista Juan de Somodevilla Tejada y su socio Diego Zapata, gobernador de Cartagena de Indias, acusados ambos de apropiarse de grandes sumas de dinero, o el de José de Iriarte, quien tuvo que salvar su cuello de la horca pagando 10.000 pesos, también por adueñarse de parte de la carga del Maravillas.

El resto del cargamento fue esparciéndose entre los arrecifes y las arenas del fondo marino formando túmulos de materiales que fueron a su vez removidos por otros navegantes y exploradores españoles, ingleses y holandeses durante los siglos XVII y XVIII.