Flotas y armadas

La necesidad de crear una infraestructura suficiente para el control tanto administrativo como comercial se asienta en buena parte en la regulación estricta de las flotas y rutas por parte de la corona que a través de la Casa de Contratación de Sevilla fiscaliza el movimiento de bienes, personas y culturas a través de mares desconocidos uniendo ciudades en un esfuerzo técnico y logístico impensable para la época.